MI POETA PERDIDO

Me derrito surcando la roca   Gota a gota me aplasto en el magma de la solida fluidez. El aire corroe los poros de una piel cansada…  Me paralizo Los huesos de una cara lavada con el calor de la tierra Explota en mis brazos, No fue feliz. La sangre nutre las grietas de esta pachamama,  sedienta de malas hierbas. Se me deshidratan los ojos al forzar la vista, No son grietas, El vacio de mis ojos se hace más presente  Distingo gusanos comiendo hueso, Comiendo rostros, Me derrito surcando la roca, Comendo huesos, Comiendo rostros.

Camino despojado de mis huesos. Soy una masa de carne, cartílagos, venas, arterias, grasa, intestinos, bilis, en un saco de piel. Me arrastro, con miedo a pincharme, a perder lo que encontré. Los cayos fieles compañeros, amortiguan los silencios. Miro otros cuerpos… Desesperados por un par de huesos, comen sus sentimientos, Sobre lágrimas, arman esqueletos falaces, coloridos, irritantes. Caminan… Pero solo eso. Algunos nos arrastramos, convencidos de que en algún momento tocaremos al mar.

Sentado en su escritorio se fue transformando en formulario, la burocracia de su emociones, lo alejaron de la noche, el reflejo de la luz le enseño, un camino incompleto, un formulario húmedo de lagrimas.   lo enterró en tintas de infinitos colores. se entrego a la imaginación,   y lo hundieron más aun. Carcajadas de los que levantaron el seño para ver. Temeroso de la muerte, entro a cerrar puertas, despertando sobre las hojas que aun caen, a la copa de vino. La pluma chorreada en sangre escribe un decálogo en la espalda. negándose a la persecución. Bajando ángeles del cielo les arrancó las alas con palabras mal pronunciadas locura reflejada en el vicio de los objetos, No mal interpretes, el símbolo de los excesos, son un paso como cualquier libro. Saborea los finales tristes, pensó hundido en el vomito. Camino derritiéndose al sol y cuando vio que ya no quedaba más que decir, mas que pensar. Abrió sus alas y se ca